lunes, 7 de agosto de 2017

Un paseo por el Parque Saval



Con la idea de conocer un nuevo lugar en Valdivia fuimos hasta el Parque Saval. Salimos desde Las Ánimas, pasamos por el centro de la ciudad, cruzamos el puente Pedro de Valdivia y llegamos a isla Teja.


Pagamos una entrada de $500 por persona e ingresamos al Parque Saval. Dentro nos encontramos con un extenso césped, distintos tipos de árboles, dos lagunas y un sector con esculturas. Como era jueves, el lugar estaba casi vacío. La presencia del otoño se sentía en el cielo nublado, la frescura del aire y las hojas sobre el césped.

Parque Saval

Parque Saval

Parque Saval

Detuvimos el vehículo cerca de una de las lagunas. Al bajar del auto lo primero que me encantó fue observar la superficie del agua cubierta por flores de loto y, en medio de ellas, una pequeña isla con una banca, a la que se podía acceder a través de un puente de madera. La imagen me atrapó, era como estar dentro de una pintura impresionista. Saqué mi cámara y me puse a hacer fotografías.

Parque Saval

Parque Saval

Parque Saval

Luego de disfrutar el paisaje continuamos caminando por la segunda laguna, rodeándola a través de un sendero de tierra delimitado por distintos tipos de árboles, arbustos, pastos y hongos. Todo era vida alrededor nuestro. No era un entorno salvaje. Era un lugar construido por el hombre, pero donde la protagonista indiscutida era la naturaleza.

Parque Saval

Parque Saval

Parque Saval

Así llegamos hasta una zona de picnic y, un poco más allá, a un bello jardín con esculturas. Las formas abstractas y otras mas reconocibles (como aves de metal o pequeños hombres de lata) le daban un aire todavía más onírico al espacio.

El Parque Saval, sumado al Jardín Botánico de la Universidad Austral, hacen de isla Teja el área verde más importante de Valdivia y un lugar que vale la pena visitar.

Los Molinos
Hernán Castro Dávila
Valparaíso, Chile
31 de julio del 2017

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