Al puerto llegué con una mochila naranja, un par de jeans, algunas camisas leñadoras, tres libros y una copia del diario La Nación, donde yo figuraba entre los seleccionados para estudiar Periodismo en la Universidad Católica de Valparaíso.
A través de Flickr:
Los moais de Ahu A Kivi están lejos de la costa de Isla de Pascua. Curiosamente, son los únicos que miran hacia el mar y reciben el nombre de viajeros. Esta fotografía la capté luego de una cabalgata al volcán Tere Vaka. Ya era pasado el medio día y el sol justo iluminaba la mitad de los rostros impávidos de estas enormes figuras de piedra volcánica.
"Es el mejor lugar para ver la puesta de sol en la isla", nos dijo nuestro guía rapa nui, apuntando hacia un grupo de moais a lo lejos, mientras bajábamos las maletas del vehículo.
El tercer día de nuestra estadía en la isla partimos caminando lento hacia el complejo ceremonial Tahai. Luego de caminar unos diez minutos desde Hanga Roa, nos encontramos con un hermoso emplazamiento de tres plataformas de moaís, una aldea y un embarcadero restaurados.
Con el mar de fondo y una superficie de césped verde bajo los pies, nos sentamos a disfrutar de un espectáculo hermoso. Poco a poco el sol descendió desde lo alto y fue tiñendo el cielo de tonos amarillos y rojos, marcando con fuego la siluetas de los moais y permitiéndonos observar uno de los atardeceres más bellos que he visto en mi vida.
Ahu Tahira es una plataforma única en Isla de Pascua. Al llegar ahí se puede divisar la estrucutura de piedra y los moais tumbados delante de ella, más cuatro pukaos dispersos. Hasta aquí todo normal, dentro de lo extraordinario que son los vestigios arqueológicos de la cultura Rapa Nui.
Sin embargo, al rodear la plataforma nos encontramos un muro de piedras lisas encajadas de manera perfecta, tal como fueron emplazadas por los incas en el Cuzco, Perú.
¿Qué motivo esta construcción especial? Pueden ser muchas las posibles respuestas y especulaciones. En lo concreto, resulta sorprendente encontrarse con un trozo de Cuzco, a un costado del torso de un moai a medio enterrar, en plena Isla de Pascua. Supera la imaginación y le da un aire aún más mágico a esta isla enclavada en medio del Océano Pacífico.
A un costado de la cancha se encuentra este pequeño restaurante con comida típica de Rapa Nui. El local es atendido por dos mujeres, quienes se encargan de cocinar y servir a los visitantes.
Si estás aquí, no puedes dejar de probar una deliciosa empanada frita de atún con queso. La carne es blanca, tierna y de sabor suave. Tampoco puedes perderte el ceviche de atún, el que sirven con camarones, arroz y camote.
Tras dormir una siesta, nos encaminamos hacia Barranco, el barrio que nos recomendaron para conocer la noche limeña. Nuestro recorrido comenzó en el Pub Ayahuasca, una hermosa casona restaurada con muchas habitaciones de gran tamaño.
Nuestro día comenzó con un trote en el malecón de los barrios Miraflores y Barranco. Durante el trayecto tuvimos distintas perspectivas del mar y la ciudad. El borde costero estaba adornado con hermosos jardines.