jueves, 1 de junio de 2017

Mejores fotos 2016

El 2016 fue un año de cambios significativos en mi vida. Quizá por eso tardé más de la cuenta en hacer la selección de fotografías "más interesantes" de acuerdo al algoritmo de Flickr. Pero más vale tarde que nunca. Acá van las 10 fotos que tuvieron más vistas y "me gusta" en esta red social especializada en fotografías. Espero que les gusten.

1. Plaza de la Catedral


Hay ciudades que te envuelven y tienen el don de transportarte en el tiempo, especialmente si es de noche. La Habana es una de esas ciudades de arquitectura envolvente, calles estrechas y habitantes con identidad. Una mezcla especial de pasado glorioso y presente decadente; de turismo y romance; de catolicismo y revolución. Esto sucede en la Plaza de la Catedral, cuyos edificios fueron construidos en el siglo XVIII y se mantienen impecables hasta el día de hoy, conviviendo con otros usos y nuevos tiempos. Dando acogida a cafés, sirviendo de paseo a los turistas y como telón de fondo para el ajetreo de los cubanos que circulan diariamente entre la oficina y su hogar.


2. Rumbo al trabajo

Rumbo al trabajo. Plaza de la Catedral. La Habana, Cuba.

Todas las mañanas millones de personas en el mundo cumplen con la rutina de trasladarse hasta su lugar de trabajo. La mayoría lo hace en ciudades atestadas de gente, apretados en el micro o el metro. Pero algunos afortunados realizan este mismo trayecto a pie, en ciudades encantadoras y, muchas veces, sin saberlo. Es probable que el hombre y la mujer de esta fotografía estuvieran pensando en sus tareas para el día, indiferentes al escenario hermoso que sirve de fondo a sus rutinas. Esa mezcla de arquitectura de ensueño e indiferencia cotidiana, es lo que me agrada de esta fotografía que tomé una mañana de febrero en La Habana, Cuba.

3. La UPLA, mi segunda casa

La UPLA, mi segunda casa

Lejos de lo que podrían pensar los lectores de mi blog, durante el año no estoy viajando por el mundo. Me pego escapadas, sí. Pero no vivo de viajar, no soy millonario, ni tengo un mecenas que financie mis viajes. Al igual que la mayoría de quienes leen estas líneas, trabajo 48 horas a la semana. La mayoría de las fotos que subo a mis cuentas de InstagramTwitterFacebook y Tumblr las capturo en mis traslados por la ciudad: De la casa al trabajo y del trabajo a la casa. ¡Y vaya que amo Valparaíso y mis trabajos! Soy un afortunado. Esta imagen la tomé a fines del invierno a pasos de mi oficina en la Universidad de Playa Ancha. A veces las fotos más bellas están esperando por nosotros a metros de nuestras rutinas diarias. Sólo hay que saber encontrarlas.

4. Gato en la ventana

Gato en la ventana

Los hay de todos los colores y estilos. Usualmente silenciosos y observadores. Los gatos forman parte del paisaje más íntimo de Valparaíso, ese que se aprecia al caminar por callejones estrechos o al entrar a un almacén de barrio. Ahí están, dormitando u observando. Tendidos en un mesón o sentados al borde de una ventana. Como este bello felino del Pasaje Gálvez en el cerro Concepción. Bastó que hiciera un suave ruido con mi boca para que observara a la cámara y, por poco, me regalara una sonrisa.

5. El gato y el perro del Pasaje Gálvez

El gato y el perro del pasaje Gálvez

Como en buena parte del cerro Concepción, casi todos los vecinos del pasaje Gálvez se han ido. En su lugar han llegado hostales, tiendas de artesanía y cafeterías. Los pocos que quedan se baten entre instalar rejas en las escaleras de sus pasajes o sumarse al comercio minorista. Silenciosas, las mascotas de estos vecinos observan el paseo alegre de turistas nacionales y extranjeros, listos para las fotografías, antes de que sus dueños también deban emigrar.

6. Salto de Apoquindo, Parque Natural Aguas de Ramón

Salto de Apoquindo, Parque Natural Aguas de Ramón



Hacer trekking por el Parque Natural Aguas de Ramón, en el sector precordillerano de la Región Metropolitana, es como internarse por los paisajes rurales que uno veía en los libros de historia en el colegio. Me imagino a Claudio Gay buscando ejemplares botánicos para registrar en sus cuadernos, tomando nota y dibujando. Es increíble que a metros de Santiago lugares así se preserven intactos. Qué bueno que exista una red de parques encargados de administrar estos espacios, volviéndolos accesibles a través de senderos y servicios básicos. Esta foto la tomé al final de nuestro recorrido, cuando luego de tres horas de caminata llegamos al Salto de Apoquindo.

7. La calle Castro

La calle Castro

El 2016 fue un año de largas caminatas por Valparaíso. El aire fresco, el paisaje y el ejercicio me hicieron muy bien para asimilar grandes cambios que estaba experimentando en mi vida personal. De todas las rutas, una de las que repetí con mayor frecuencia es la que va del mirador Barón hasta Yolanda. Fue en uno de esos recorridos que vi al pasaje Castro iluminado por el sol y aproveché de registrarlo en todo su colorido.

8. Chilco

Chilco

El chilco es una planta que se ubica en el sur de Chile y Argentina. Es un arbusto que alcanza una altura de dos a cuatro metros. Vive cerca de corrientes de agua y sitios con abundante sombra. Este bello ejemplar lo encontré paseando por el Parque Nacional Huerquehue en la región de la Araucanía. Estaba en un cerro bajo árboles de mayor tamaño y destacaba por lo bello de sus flores todavía húmedas por la lluvia de unas horas antes.

9. Atardecer de septiembre en el cerro Barón

Atardecer de septiembre en el cerro Barón

Una de las cosas que más me gusta de vivir y trabajar en los cerros de Valparaíso es que los traslados cotidianos siempre me permiten acceder a nuevas perspectivas de la ciudad. Algunas de esas perspectivas a veces me atrapan y me trasladan a situaciones oníricas y atemporales. Entonces saco mi celular e intento retratar la situación que me envuelve. Esto fue lo que me sucedió una tarde de fines de septiembre cuando regresaba a casa y me encontré con este pasaje del cerro Barón lleno de banderas chilenas.

10. El abrazo de la ciudad

Calle Atahualpa

En ciudades como Valparaíso la soledad es un concepto relativo. Basta salir a caminar por las calles para sentirse acompañado. Los pasajes estrechos, los miradores, los almacenes, los perros y los gatos distraen la mirada. El aire marino refresca las ideas y de a poco sientes como la ciudad te abraza. La soledad se diluye a cada paso y te conectas con un presente atemporal.

Hernán Castro Dávila
Valparaíso, Chile
1 de junio del 2017

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