jueves, 1 de noviembre de 2012

Viajar

Cada viaje es una historia. Cada historia un capítulo de la vida que guardamos en nuestra memoria y cada cierto tiempo sacamos a la luz, de la mano con fotografías y apuntes extraviados entre discos duros, blogs y redes sociales.


Escribir en el aire es una oportunidad para salirse de uno mismo, alejarse de la ciudad de origen y sentir la ansiedad del nuevo destino. Al estar en tránsito el tiempo se suspende por un momento, las horas se confunden, el sueño se mezcla con la realidad, entre tanto sirven el almuerzo, leemos algunas hojas de un libro y conversamos.


Este es el punto de partida para un nuevo relato que está por escribirse. El lugar de destino está claro, la habitación está reservada y el tour contratado. Sin embargo no tenemos idea del aire, el olor y los sonidos que nos esperan al bajar del avión para despertar nuestros sentidos.

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