Al otro lado de la península de Tongoy se encuentra Playa Socos, un hermoso balneario de varios kilómetros de extensión, con olas suaves y un estero de agua dulce que desemboca en el mar. Este fue el primer lugar que vimos al llegar a Tongoy y también fue el sitio que escogimos para salir a trotar.
Trotar por Playa Socos fue una experiencia reconfortante. A las ocho de la mañana el sol recién se estaba asomando en el horizonte y sus rayos se reflejaban anaranjados en las curvas del estero. Junto a Macarena elongamos unos minutos y luego comenzamos a trotar por la playa desierta, donde las gaviotas recién despertaban y varias aves de distintas especies correteaban sobre la superficie de arena, indiferentes a nuestro paso. Nuestro recorrido llegó hasta Puerto Velero. En el camino nos cruzamos con un par de personas que también trotaban. El paisaje, el aire fresco de la mañana, la presencia de cientos de aves y el ritmo del trote fue una carga de energía positiva para el resto del día.
Más sobre Tongoy: Caleta, La Península y el Mirador, Humedal Salinas Chicas.
Texto y fotografías: Hernán Castro Dávila.
