Caminando por la bella calle Jaén de La Paz, asomé mi nariz a una de las pocas puertas que estaban abiertas. Era el Museo de Instrumentos Musicales de Bolivia. Un amable hombre me dio la bienvenida, me cobró la entrada y me invitó a pasar por la vieja casona. Subí al segundo piso e ingresé a un primer salón. Al entrar se encendieron las luces y comenzaron a sonar flautas que me acompañaron mientras observaba distintos instrumentos de viento más sus representaciones en figuras indígenas. Lo mismo me sucedió en los salones de tambores y en el de cuerdas. El lugar es muy acogedor y tiene un aura mágica. Se los recomiendo.
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El primer ekeko músico (Museo de Instrumentos Musicales) #LaPaz #Bolivia 🎼🇧🇴 pic.twitter.com/mR8qAMyIaj— Apuntes y Viajes (@apuntesyviajes) 2 de mayo de 2017
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