35 años. Hoy me levanté por la mañana, me miré al espejo y sonreí. La felicidad es más sencilla de abrazar de lo que muchas veces se piensa.
Agradezco la suerte de haber nacido en Punta Arenas, hijo de dos personas maravillosas, para luego elegir Valparaíso, donde llegué a estudiar y finalmente me quedé a vivir.
Doy gracias por vivir en un cerro llamado Los Placeres y compartir mis días con Macarena, a quien debo en gran parte el descubrimiento de la felicidad.
Agradezco poder trotar al atardecer por el borde costero del puerto, escribir en un café o compartir mis fotos por Flickr. Doy gracias por la suerte de poder viajar a distintos lugares del mundo, de leer todos los libros que imagine y sacar todas las fotos que desee.
Porque la vida es una sola. Y mientras antes aprendamos a valorar cada minuto que tenemos, mayores serán los momentos que valgan la pena recordar.
Dios no es un tema que me preocupe. Sí lo es la felicidad y la posibilidad de poder compartirla con otros. Apagando televisiores, caminando por la vida y disfrutando del paisaje. 35 años. Y muchos más por disfrutar.
Hernan Castro Dávila
3 de mayo de 2014
Valparaíso, Chile