El café es un espacio que invita al descanso y el encuentro dentro de las ciudades. El vital líquido despierta y si se acompaña de algo dulce además restituye la energía que el cuerpo necesita para seguir circulando por las arterias urbanas.
Cuando viajo, los cafés son un lugar fundamental en mi tránsito por la ciudad. Ahí me repongo tras largas caminatas fotográficas, tomo notas de mi paseos y disfruto de la vista a las calles, donde las personas siguen haciendo su vida cotidiana. Dentro, puedo observar los rostros de los comensales o escuchar alguna conversación lejana mientras voy y vuelvo de mis escritos.
En Valdivia disfruté de tres cafés con estilos muy distintos.
Café Cotidiano
Luego de recorrer el centro de la ciudad, hice una pausa de lectura en este pequeño y agradable café decorado con fotos antiguas de Valdivia. Cerca mío un grupo de amigas de la tercera edad hablaba alegremente mientras compartían un kuchen. Desde la ventana podía ver el tránsito de la ciudad cuando levantaba la vista de mi libro de Joaquín Edwards Bello.
Entre Lagos
Marcia, compañera de trabajo y originaria de Valdivia, me dijo que no podía dejar de visitar el Café Entre Lagos. Ahí nos juntamos una tarde de febrero junto a dos de sus hijos. Pedí una once completa donde pude distinguir algunos elementos propios de la zona: Jugo de aránadanos, mermeladas, jamón, queso y una torta de chocolate deliciosa. No se pasa hambre en Valdivia. El local es muy lindo, con un estilo clásico, mozos de frac y una decoración rococo. A esa hora predominaban las familias. Pero por la mañana, es territorio de oficinistas y gente de negocios.
Café Palace
Mi favorito. Ubicado en la esquina de Pérez Rosales con Arauco, tiene una vista privilegiada a la vida urbana de Valdivia. Desde su ventanas se puede observar a los transeúntes y los vehículos. Dentro, la decoración es la de un café setentero, con hartos espejos y una barra. Tiene varias pantallas de TV, las que transmiten matinales y noticias en silencio. De fondo, predomina una suave música pop. Este es uno de los cafés más antiguos de Valdivia. Se caracteriza por un público diverso: familias, oficinistas y parejas disfrutan de cafés, cervezas, sándwiches, onces y crudos. Es un lugar ideal para tomarle el pulso a la ciudad y sumergirse en su vida cotidiana.
Hernán Castro Dávila
Valdivia, Chile
1 de marzo de 2017
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