martes, 7 de marzo de 2017

Adiós a La Habana


Aquella mañana despertamos como si hubiéramos bebido todo el ron de La Habana, comido toda la ropa vieja y caminado la ciudad completa. Estábamos exhaustos. Me dolían los músculos y mi estómago estaba revuelto. A duras penas armamos las maletas y bajamos a tomar desayuno. Evité las salchichas, chorizos y huevos que había comido el día anterior. Esta vez me limité al té, tostadas, queso y jamón. Tras el desayuno recorrimos las instalaciones del hotel. Era un lugar bonito, lujoso y con estilo clásico.


Memories Miramar

Memories Miramar

El Che

En el lobby un hombre de frac tocaba el piano mientras un mozo ordenaba las copas tras la barra. Afuera se extendían grandes piscinas con cerámica celeste y palmeras caribeñas. Dentro, las paredes estaban adornadas con cuadros abstractos y retratos de cantantes cubanos. También había una pared donde se exhibía un cuadro grande de Fidel Castro en actitud vigilante más una serie de fotografías en blanco y negro. Cerca de ahí colgaba una pintura abstracta de José Martí y un retrato moderno del Che Guevara, citando la célebre imagen de Korda, pero con tres botones bajo la efigie: Uno para retroceder, uno para dar play y otro para adelantar. Una buena metáfora de esta Cuba que parece detenida en el tiempo.

A simple vista esta mezcla de lujo con referencia revolucionarias resulta curiosa. Pero cuando averiguas que los hoteles son del Estado, estas referencias oficiales ya no resultan tan extrañas.  Hice más fotografías del hotel hasta que llegaron por nosotros. Nos embarcamos y partimos con destino a Varadero.

Salimos de La Habana. La ruta es de una vía por lado. El bus es nuevo, cómodo y con aire acondicionado. Afuera, por la carretera, todavía se pueden ver camiones antiguos adaptados como buses para los cubanos. Hicimos una parada en el puente más alto del camino. En el local vendían piñas coladas, souvenirs y libros de Fidel. Por la carretera pasaban algunos vehículos y Cuba seguía a su ritmo. Sacamos algunas fotos y subimos al bus. Varadero nos esperaba al final de la ruta.

Coco taxi










Hernán Castro Dávila
10 de febrero de 2016 
 Pucón, Chile

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