Luego de caminar todo el día fuimos hasta la calle Rambuttri y nos dejamos llevar a paso lento entre la multitud de turistas. Mientras caminábamos escuchábamos la música que salía de los pubs y observábamos la gran diversidad de comida que ofrecían los puestos ambulantes, incluido uno donde había escorpiones, larvas y cucarachas.
Así llegamos a Bangkok Bar, nos sentamos en la terraza y nos acomodamos para ver el desfile de personas que paseaban. Pedimos dos shops grandes de cerveza, unas cebollas apanadas y brindamos por la suerte de estar en Tailandia.
Ya estábamos listos para cerrar la jornada, pero el natural dolor de pies nos hizo pasar de largo del hotel hacia los puestos de masajes, donde anunciaban con voz suave los "Food Massage" . Ahí llegamos al nirvana. Nos tendimos en unas camillas con vista a la calle y, con técnicas milenarias, dos amables tailandeses masajearon y golpearon nuestros pies y piernas, eliminando el dolor y dejándonos listos para otro día de caminata.
Tras media hora de masajes regresamos casi levitando al hotel. Macarena cayó en plácido sueño, mientras yo subía algunas fotos y apuntes a mis cuentas de Instagram, Twitter, Flickr y Facebook, comunicando una parte ínfima del hermoso mundo que comenzábamos a descubrir. Luego me sumé a Macarena y me dejé llevar por el sueño.
DATOS PRÁCTICOS
- Masaje thai para los pies de media hora: 120 THB ($2.010) (4 USD).
- Plato de cebollas apanadas y shops grandes de cerveza Chang en Bangkok Bar: 360 THB ($6.030) (11 USD)