miércoles, 12 de diciembre de 2012
Los Placeres (de la vida)
El hogar
Fue en julio del 2007 cuando con Macarena decidimos arrendar un departamento a pasos de Plaza La Conquista, en el cerro Los Placeres. Hasta él llegamos por un aviso publicado en el diario y apenas lo vimos, iluminado y con vista a la ciudad, decidimos quedarnos ahí.
Cada mañana, cuando nos levantamos, vemos cómo el Océano Pacífico se ilumina por los rayos del sol, seguido por el edificio de la Universidad Técnica Federico San María, la Iglesia San Francisco, el cerro Barón y el resto de Valparaíso.
Aquí es donde planeamos nuestros viajes, guardamos las fotos y los recuerdos que hemos ido acumulando con el tiempo. En las paredes cuelgan cuadros de Río de Janeiro y Perú, postales de Florencia e Isla Negra, grabados del Loro Coirón y unas figuras mayas que trajimos de México.
La habitación donde se encuentra el escritorio, es donde guardamos los libros de viajes, el atlas y el globo terráqueo. Es ahí donde descargo las fotografías de nuestra cámara, para luego subirlas a Flickr y Facebook. Los textos para el blog los redacto en cafés o en la terraza, donde además leo algún libro o simplemente dejo que la mirada se pierda observando el vuelo de las gaviotas.
El barrio
Me encanta vivir en el cerro Placeres. A un costado de la plaza se encuentra la Panadería Arauco, donde venden el clásico pan batido y una gran variedad de queques y pasteles; al frente hay una carnicería y a la redonda hay fácilmente más de 5 almacenes atendidos por sus propios dueños, más una zapatería, una ferretería y una florería.
Por la Avenida Matta y alrededor de la Universidad Santa María abundan los locales de comida rápida. Mi favorito, es un pequeño boliche ubicado justo en la esquina donde está el obelisco, donde según dice la placa, fue asesinado Diego Portales. Ahí suelo detenerme, cuando regreso del trabajo, y pido la promoción de dos fajitas con relleno a elección más un vaso de jugo por la módica suma de $1.000.
Los domingos por la mañana tenemos la rutina de salir a trotar. Nuestro recorrido consiste en bajar por Avenida Matta, atravesar la pasarela de Avenida España y enfilar por el Paseo Welwhright hasta el comienzo del Muelle Barón. De regreso, solemos pasar por la feria de frutas y verduras que se instala en la plaza, comprar el diario, unas flores y volver a casa.
Así se nos pasa la vida. Entre la rutina del barrio, los viajes, los recuerdos, la familia, el amor y el trabajo.
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