lunes, 15 de septiembre de 2014

Bahía de Halong

Bahía de halong, Vietnam
Bahía de Halong, Vietnam
Hasta que llegó uno de los momentos más importantes de nuestro viaje: Conocer la bahía de Halong. A las ocho de la mañana nos pasó a buscar un bus al hotel y partimos nuestro viaje desde Hanoi.


Rumbo a la Bahía de Halong
Rumbo a la Bahía de Halong
Tras cuatro horas de trayecto y una parada, llegamos al muelle y abordamos nuestra embarcación llamada Cristina Cruice. El barco estaba bastante bien. Dejamos los bolsos en la habitación y luego almorzamos un buffet de comida vietnamita.  En tanto la embarcación avanzaba  hacia las enormes formaciones de piedra caliza.
Recorriendo la bahía de Halong
Recorriendo la bahía de Halong
Bahía de HalongTras el almuerzo subimos a cubierta y nos encontramos con un escenario natural como sacado de una película de ciencia ficción.  Sobre el agua tranquila del mar de China se alzaban enormes estructuras rocosas cubiertas de bosque y cortadas de forma abrupta al vacío. Entre ellas avanzábamos lentamente.
Vista general a Cueva de Bo Nau
Vista general a Cueva de Bo Nau
Isla de Sung SutNuestra primera parada fue en la isla de Sung Sut. Ahí subimos una escalera y nos introdujimos en una enorme cueva con grandes bóvedas y pasadizos llamada Bo Nau. Al salir pudimos apreciar una hermosa vista a la Bahía de Halong, salpicada de islas y embarcaciones.
Pueblo flotante en la bahía de Halong
Pueblo flotante en la bahía de Halong
Luego anduvimos en cayac entre los roqueríos y las casas de un pequeño pueblo flotante. Fue muy agradable navegar en el agua tranquila mientras los cuervos volaban sobre nuestras cabezas.
Bahía de Halong, Vietnam
Bahía de Halong, Vietnam
De ahí seguimos navegando hasta otra formación rocosa. Desembarcamos cerca de una pequeña playa y subimos caminando a la cima por un estrecho sendero de tierra. Una vez arriba tuvimos una espectacular vista a la bahía de Halong. Esta isla se llamaba Tip Top.

La bahía de Halong es un lugar único en el mundo. Nunca antes había visto un paisaje así.

De regreso a nuestro pequeño crucero cenamos comida vietnamita y compartimos con los otros pasajeros: koreanos, malesianos, australianos, brasileños, colombianos, argentinos y estadounidenses. Todos muy amables y simpáticos. Por la noche cantamos karaoke y bailamos para pasar el frío. Hasta que nos ganó el sueño y nos fuimos a descansar. Había sido una larga y bella jornada.