Los viajes no sólo son una actividad recreativa y familiar. También pueden ser una experiencia educativa y grupal.
Mi amigo Esteban Yáñez dicta el Electivo de Filosofía en el Colegio Sebastián Elcano de San Bernardo. Como parte del ramo, hizo que los estudiantes de 4º medio leyeran "La Gran Ciudad" de Omar Saavedra Santis, cuya trama se desarrolla en Valparaíso.
Hace unas semanas, Esteban me llamó preguntando por lugares para visitar en Valparaíso. Quería venir de paseo con los integrantes del electivo. Valparaíso es una hermosa ciudad para recorrer, pero también para perderse si no se le conoce de manera adecuada.
"¡Nada de datos!," le dije. "Yo te acompaño y haré un recorrido especialmente para tus chicos".
BARÓN Y LECHEROS
Ascensor Barón |
Cerro Lecheros |
Cerro Lecheros |
El primer viernes de julio nos reunimos bajo el Jumbo de Valparaíso a las 10:30 de la mañana, saludé a los 23 estudiantes del electivo y partimos rumbo al ascensor Barón.
Fueron subiendo en grupos pequeños. Mientras esperábamos que llegaran todos, observábamos la ciudad desde el mirador Barón. Al par de chicos que me acompañaban les conté que Valparaíso era una ciudad hermosa, a veces ruda y otras suicida... Siempre estaba a punto de desaparecer o estallar: "Ahí, donde está la bahía, quieren quitarle terreno al mar y construir el Terminal 2, cubriendo todo el borde costero de containers, más acá quieren construir un mall y aquí, justo al lado, donde está cerrado, estaba el Hospital Ferroviario, el que fue demolido para construir un proyecto inmobiliario".
Una vez que llegaron todos continuamos nuestro recorrido por avenida Diego Portales. Desde las casas colgaban carteles que decían "Fuera las mafias inmobiliarias". Cuando llegamos a la altura de la iglesia San Francisco, doblamos y nos encontraos con esta imponente estructura de ladrillos: "Dos veces remodelada, dos veces quemada. Lo único que queda de la iglesia es la estructura más antigua., reforzada por esos fierros para que no se derrumbe. Aún así, sigue siendo una de las iglesias más importantes de la ciudad y por la que Valparaíso recibía el apodo de Pancho."
Comenzamos nuestro descenso por Barón y llegamos hasta la población Zenteno del cerro Lecheros. Ahí nos encontramos con el bello conjunto de murales de "Valparaíso en colores". Comenzamos a subir por las escaleras de la población disfrutando de las obras y la vista a la ciudad. Una vez arriba descansamos un momento y luego bajamos por una estrecha escalera hasta el plan.
LIBRERÍA CRISIS
Librería Crisis |
Librería Crisis |
Librería Crisis |
Fuera del programa, Esteban me preguntó si ubicaba alguna librería cerca para hacer una parada con los chicos. De inmediato se me vino la librería Crisis a la cabeza. Ubicada a pasos de la avenida Argentina, justo frente al Congreso Nacional, se ubica este pequeño local con gran variedad de libros nuevos y usados, reproducciones del Loro Coirón y una gran variedad de afiches.
Don Mario, como de costumbre, estaba sentado en el acceso a la librería. De estatura pequeña, rostro moreno y pelo canoso, dibujó una sonrisa cuando me vio aparecer por la puerta. Estrechamos nuestras manos y le conté que venía con unos visitantes.
En un minuto la librería se llenó de jóvenes hurgando entre las estanterías, revisando libros y observando la postales con grabados del Loro Coirón. Varios compraron postales y libros. Me despedí de don Mario, a quien conozco desde mi época de estudiantes de periodismo, y partimos rumbo al Mercado Cardonal para almorzar.
EN MICRO AL CERRO ALEGRE
Tomando la O |
Cerro Alegre |
Cerro Alegre |
Luego de almorzar en distintos puestos de comida del Mercado Cardonal, volvimos a la avenida Argentina para tomar la O. Llenamos la micro y partimos rumbo a los cerros de Valparaíso. A medida que subíamos se veían las laderas de los cerros llenas de casas, el centro de la ciudad y la bahía. Continuamos por la avenida Alemania hasta que llegamos a la altura de Almirante Montt.
Descendimos de la micro y comenzamos a caminar cerro abajo. A los chicos les llamó la atención lo colorido de las casas y la gran cantidad de arte que había en las calles. Hicimos una parada en la pequeña plaza junto al ascensor Reina Victoria y continuamos nuestro recorrido hasta el cerro Concepción. Bajamos por la escalera "piano" y caminamos por los paseos Atkinson y Gervasoni.
We are happies not hippies |
Para rematar la energía de los jóvenes santiaguinos, nos metimos por el pasaje Gálvez y volvimos a subir hasta Lautaro Rosas, donde nos sacamos una foto en uno de los nuevos iconos del cerro Alegre, un mosaico con texto en inglés que dice "We are happies not hippies".
Continuamos caminando por Lautaro Rosas, bajamos por la calle Miramar y llegamos al paseo Yugoslavo, junto al Palacio Baburizza. Hicimos una pausa y decidimos el resto del recorrido.
EL BAR Y EL FANTASMA
Bar La Playa |
Bajamos por la subida El Peral y llegamos a la Plaza Sotomayor. A Esteban y su curso le tomé la foto de rigor ante la Comandancia en Jefe de la Armada. Los chicos se veían felices.
Dentro de mi entusiasmo, y ya que estábamos ahí, se me ocurrió llevarlos al Bar La Playa. Hablé con el barman y le pedí permiso para que ingresara el curso completo.
En las puertas del bar les dije: "Chicos, este bar tiene más de 100 años. Durante el día funciona como restaurante y por la noche se sacan las mesas y se transforma en pista de baile. Aquí vienen estudiantes y trabajadores del puerto. Quizá este lugar desaparezca en un tiempo más, ya que todo el edificio está a la venta. ¡Pasen!".
Los chicos empujaron las puertas del lugar, ingresaron y no pudieron ocultar su asombro ante la bella barra, los grandes espejos, la muñecas de porcelana y las decenas de cuadros que adornan este bar arrancado del tiempo. En silencio, como si fuera un museo, los chicos fueron avanzando.
"¿De dónde vienen?" preguntó el barman. "De Santiago", le respondí.
"Tomé", me dijo el hombre de tenida impecable, rostro con algunas arrugas y pelo canoso. Su mano se extendió y me pasó un juego de fotos antiguas. "Para que se lo lleven de recuerdo... Y ahí también está el fantasma".
"¿El fanstama?" Preguntaron a coro, mientras se acercaban a mi alrededor para ver la fotografía. En ella aparecía el mismo barman, la barra del bar y en la esquina inferior derecha el rostro de un niño o niña con expresión de dolor y sin cuerpo.
"Aquí penan todas las noches", remató el hombre. "Si quieren pueden creerlo... Si no, los invito a que un día se queden solos en este lugar".
Le agradecí la amabilidad al hombre de la barra, el que tantas veces me vendió cervezas de 3/4 en mis noches de juerga universitaria. Le estreché la mano y salimos del bar.
EL MUELLE Y EL TROLEBÚS
Muelle Prat |
Ya estábamos llegando al final de la jornada cuando llegamos al Muelle Prat. Un grupo de chicos fue a dar un paseo en lancha y otros se quedaron descansando o viendo los puestos de artesanías del lugar.
En general, ya estábamos algo cansados después de un día de caminatas por Valparaíso. Cuando regresaron de la lancha partimos hacia nuestro último destino del día.
A un costado de la plaza Sotomayor tomamos un trolebús. La máquina era una de las últimas que se compró el año pasado. Como novedad, cuando pasábamos cerca de algún punto histórico, los parlantes anunciaba el nombre del lugar en español e inglés, lo que causaba la risa de los estudiantes.
Así pasamos por La Aduana, el ascensor Artillería, iglesia La Matriz, plaza Echaurren, plaza Sotomayor y plaza Aníbal Pinto. Luego seguimos por avenida Colón, doblamos por avenida Argentina y regresamos a unas cuadras del punto de partida.
Hasta ahí llegó el bus para buscar a los estudiantes. Me despedí de los chicos y las chicas, le di un gran abrazo Esteban y partí caminando rumbo al Paola para disfrutar un merecido italiano con un tazón de té.
Mientras me traían el pedido continué subiendo las fotos del día a mis cuentas de Instagram, Twitter, Facebook y Tumblr. ¡Fue una gran jornada! Espero que los chicos la hayan disfrutado tanto como yo. Me encanta pasear por las calles de Valparaíso y si es en compañía de jóvenes que se están en proceso de formación, mucho mejor.
No existe mejor aula que las calles de una ciudad. Sólo hay que conocer las rutas y salir a caminar.
Plaza Sotomayor |
Hernán Castro y Esteban Yáñez |
7 de julio del 2016