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jueves, 28 de marzo de 2013
Dentro del Coliseo
Hasta el Coliseo llegamos siguiendo el sendero de un parque cuyo nombre no recuerdo. Entre medio de los árboles, como sacado de la fotocopia que pinté con lápices de colores en sexto básico, surgió silencioso e imponente el Coliseo Romano.
¿Qué hacíamos ahí? Cuando pequeño pasaba horas mirando las ilustraciones en blanco y negro de los libros de historia. Más que las palabras, los nombres o los grandes sucesos, esas pequeñas fotografías captaban toda mi atención. Aquellas imágenes me invitaban a soñar con paisajes tan lejanos de mi natal Punta Arenas. Y ahora estaba ahí. ¿Cuándo lo habría imaginado?
A medida que avanzábamos hacia esa mole de travertino y hierro, la estructura con sus arcos fue creciendo delante de nuestras narices, hasta tragarnos por completo. Dentro de sus fauces, pudimos apreciar galerías enteras donde los romanos asistían a ver los dantescos espectáculos: ahí las bestías se mataban entre sí, los hombres luchaban contra los animales o contra otros hombres, mientras la arena absorbía la sangre y la gente se deleitaba de tanta barbarie contenida, en medio el imperio.
Silenciosos caminamos por el esqueleto de aquella estructura enorme, viendo, imaginando, soñando. Como cuando era pequeño. Pero esta vez dentro de la fotocopia, a todo color.
Crónicas: Roma, Fluir por Roma, Dentro del Coliseo, Extraviados en Roma.
Fotografías: Atardecer en Roma, Santa María Maggiore, Via delle Quattro Fontane, Caminando por Roma, Piazza Barberini y Fontana del Tritone, Antenas y carruajes sobre los tejados, Scalinata della Trinità dei Monti, Interior Santa María Maggiore, El Panteón Romano, Llegando al Coliseo, Coliseo, Dentro del Coliseo, La otra cara del Coliseo, Arco di Constantino y Via di San Gregorio, Bárbaro en Arco di Constantino, Pórtico del Templo de Saturno en el Foro Romano, La buena mesa, Detalle de la Fontana di Trevi, Foro Romano.