Estrecho, sinuoso y conectado sólo por escaleras que se desplazan por la pendientes del cerro Concepción, el Pasaje Gálvez es un ícono de la arquitectura porteña que manteniendo una estructura tradicional, ha mutado en las pinturas de sus fachadas, la iluminación de las veredas y en sus habitantes. Atrás quedaron los inmigrantes ingleses y alemanes que habitaron por primera vez estas casas a principios del siglo XIX, replicando la arquitectura de sus lugares de origen; atrás también fueron quedando los habitantes de clase media que llegaron al cerro cuando los inmigrantes fueron desplazándose hacia otras ciudades de Chile. Hoy muchas de estas casas fueron readaptadas como hostales, galerías de arte o cafés que deleitan a los turistas, pero que han disparado los arriendos y van volviendo más difícil la vida de los pocos vecinos que van quedando en este lugar hermoso.
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