Esta vez nos juntamos en Osorno. Esteban llegó a buscarme al Terminal de Buses y nos fuimos hasta la casa de sus papás. Bebimos unas cervezas con unos tacos y nos pusimos al día de la vida. "Y para dónde vamos?" me dijo, "Estaba pensando en la costa o la cordillera". Yo justo había leído una reseña del Parque Nacional Puyehue. "Cordillera", le respondí.
A la mañana siguiente salimos temprano de su casa, pasamos por una estación de bencina y partimos rumbo a Puyehue, ubicado solo a 80 kilómetros de Osorno. A eso de las nueve ya estábamos en el acceso de Aguas Calientes. El día estaba precioso.
Seguimos ascendiendo por un estrecho camino de ripio y nos detuvimos en algunos miradores habilitados para hacer fotografías en las lagunas Espejo y Toro. Ambas insertas en paisajes hermosos y tranquilos, ideales para disfrutar del silencio y la naturaleza.
Continuamos subiendo y una vez que la nieve comenzó a predominar en el paisaje nos detuvimos nuevamente para caminar y hacer algunas fotografías en medio del bosque cubierto de blanco. Todo el lugar era muy bello y onírico.
Seguimos hasta el Centro de Sky Conguillio. Allí la majestuosidad de la montaña nevada se mezcló con la efervescencia de los visitantes esquiando cerro abajo, los andariveles y el movimiento de vehículos. Dimos una vuelta y comenzamos descender de regreso a Aguas Calientes.
Una vez en el Centro Termal comimos unas empanadas con unas cervezas, hicimos las averiguaciones correspondientes y nos aventuramos con el sendero El Pionero. Durante más de una hora subimos a pie por una ruta estrecha y de escalones altos en medio de la selva valdiviana. Llegamos hasta un mirador desde donde podíamos observar las termas.
Luego descendimos por la otra cara del cerro. El problema aquí fue que el sendero se hizo cada vez más irregular. En varias ocasiones tuvimos que sortear las ramas que cruzaban la ruta. Primero apartándolas y luego pasando debajo de ellas. Había tramos donde el camino se volvían gran charco de barro que debíamos sortear saltando sobre las piedras. Tanto así que nos encontramos con una pareja que venía de regreso asegurando que era muy riesgoso seguir.
Continuamos. El camino no mejoró, pero tampoco empeoró mucho más. Quizás los más riesgoso fuera un puente de madera sin bordes y a punto de caerse. Y lo más espectacular, fue encontrarnos con un bosque cubierto de musgo, lo que le daba un aire encantado y espectral.
Pasada la parte más compleja y tupida del trayecto, seguimos por un sendero regular hasta llegar al mirador que daba a la laguna Espejo, donde mismo habíamos partido nuestro trayecto por la mañana.
De ahí hasta Aguas Calientes eres tres kilómetros de caminata por la ruta asfaltada, lo que luego de subir y bajar la montaña era casi como un paseo.
De regreso en Aguas Calientes bebimos un café y comimos un delicioso kuchen de frambuesa que nos dio la energía necesaria para una última vuelta por el lugar y luego emprender el regreso a casa.
El paisaje del Parque Nacional Puyehue es maravilloso. Están trabajando en la habilitación de miradores para los visitantes, pero lamentablemente la mantención de los senderos deja mucho que desear. A esto se suma la falta de control respecto a quienes se internan en el bosque, sin que quede ningún tipo de registro. Hay que seguir trabajando por hacer del contacto con la naturaleza algo accesible, pero también seguro en los parques que administra el Estado.
Hernán Castro Dávila
Puerto Varas, Chile
19 de septiembre del 2017
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El Parque Nacional Puyehue se ubica a 80 kilómetros de Osorno. Tiene más de 20 lagunas y lagos; termas; centro de esquí y 8 senderos. 🌳🇨🇱 pic.twitter.com/0sTD0kkDrh— Apuntes y Viajes (@apuntesyviajes) 20 de septiembre de 2017
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Como no nos va a gustar nuestro país?? 😍🇨🇱✅ #Chile #ChileLindo #MotivadasDeViaje #SurDeChile #naturaleza #ParqueNacional #Puyehue https://t.co/wPAxH9eLEt— Motivadas.com (@motivadas_com) 20 de septiembre de 2017