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sábado, 23 de septiembre de 2017

Caminando de las Brujas a San Francisco


El dato del hostal de la Abuela Emilia me lo dio Karina en mi viaje a Valdivia. Comparé las referencias de Booking con las de Lonely Planet, atravesé la plaza San Francisco y subí por calle Sargánaga hasta la calle Linares.


Calle Sagárnaga

La vereda era angosta, la calle también. Sobre los adoquines circulaban autos, minibuses y micros antiguas pero coloridas. Nadie se detenía y si lo hacían tocaban la bocina. Los peatones se las arreglaban para cruzar las calles y yo, bueno, me sumé a los locales.

Calle Linares

La Posada de la Abuela Obdulia

Ya en calle Linares doblé a la izquierda y me introduje en un bello pasaje de casonas antiguas, adoquines y tiendas de artesanía. Caminé unos pasos y entre los locales apareció el acceso a la Posada de la Abuela Obdulia. Eran las once de la mañana, pero no tuvieron problema en hacerme el check in. Me tendí en la cama para asimilar los 3.600 metros de altura. Descansé media hora y salí a caminar.

Salí del hostal, doblé a mano derecha y me fui caminando a paso lento por las tiendas de artesanía. De pronto sentí hambre. Ya era medio día y no comía nada desde la noche anterior. Llegué a la esquina y sentí la necesidad imperiosa de comer algo.

Calle Sagárnaga

Restaurante Layka

Restaurante Layka

Crucé la calle como pude, entré al primer local que encontré y me ubiqué en una mesa con vista a la calle. Era el primer cliente del día. Pedí el menú de turista (Una sopa más un plato de fondo) y una cerveza Cuzqueña. Mientras esperaba me di cuenta de que estaba rodeado de diablos: Colgaban desde las paredes o estaban representados en pinturas alegóricas donde devoraban humanos. Desde ubicación también podía observar una hermosa fachada colonial de calle Sagárnaga.

La Paz #Bolivia

La Paz #Bolivia

La Paz #Bolivia

La cerveza se evaporó. Pedí otra y aproveché de fotografiar el lugar. En eso llegó mi crema de chuño... ¡Estaba reparadora! Luego seguí con un bistec de llama con papas fritas. Todo estaba bien.

La calle de las Brujas (Calle Linares)

La calle de las Brujas (Calle Linares)

La calle de las Brujas (Calle Linares)

Regresé a la calle, caminé algunos pasos más y llegué hasta las primeras tiendas esotéricas. A esta altura la calle Linares también era conocida como la calle de Las Brujas. Entré al primer local y encontré todo tipo de productos asociados a fines específicos: perfumes mágicos, hechizos de flores, vigorizantes, maca, harina de cosa y chía. También ofrecían velas con dibujos. Y lo más llamativo para mi: fetos y bebes de llamas disecados que colgaban desde el techo.

La calle de las Brujas (Calle Linares)

La calle de las Brujas (Calle Linares)

Un tanto atontado por las cervezas, la altura y la falta de sueño, fui en busca de un café a la Galería de las Brujas. Pedí un expreso doble y aproveché de revisar las redes sociales. Estaba en eso cuando distinguí la figura enorme de un ekeko con dos cigarrillos en la boca y, bajo él, un feto de llama rodeado de velas con dibujos de colores.

La Paz, Bolivia

La Paz

De vuelta a la calle continué caminando con algo más de energía. Salí de calle Las Brujas y llegué hasta una plaza. Acá el tráfico sí era una locura de vehículos en todas las direcciones. Cuando logré cruzar me encontré con muchos hombres de tes morena sentados en las bancas, tenían el rostro serio y la mirada fija en el horizonte.

Plaza Alonso de Mendoza

Plaza Alonso de Mendoza

Volví a cruzar la calle y llegué hasta hasta la plaza Alonso de Mendoza. Ahí encontré un espacio abierto y con menos gente. Destacaba una construcción colonial que actualmente es un museo.

La Paz

Plaza San Francisco

Iglesia de San Francisco

Seguí por calles atestadas de peatones hasta que llegué al Mercado Lanza, una enorme construcción moderna, con pequeños puestos distribuidos por pisos y donde se podía comprar desde desayunos hasta libros. Saliendo de ahí me encontré con un grupo grande de bolivianos escuchando a un orador en plena plaza.

Así llegué hasta la iglesia San Francisco y entré para descansar un rato del ajetreo de la ciudad.

La Paz #Bolivia
Hernán Castro Dávila
28 de abril del 2017
La Paz, Bolivia

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