Cada fin de año nos reunimos en nuestro hogar del cerro Placeres, hacemos a un lado los muebles y recibimos a familiares y amigos con un aperitivo generoso en bebidas y comida. Conversando y compartiendo, los minutos se nos pasan volando hasta que llega la medianoche. Cuando las sirenas de los barcos suenan desde el puerto, abrimos las botellas de champaña y nos abrazamos rápidamente. No alcanzamos a saludarnos entre todos, cuando sentimos los primeros estallidos y el cielo de la bahía se llena de luces de colores. Durante los próximos minutos volvemos a la infancia y nos dejamos asombrar por la belleza de los fuegos artificiales sobre Valparaíso, Viña del Mar y Concón.
Valparaíso, Chile
25 de junio de 2015
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