Las calles de Bangkok palpitan actividad todo el día y la noche. Calle Rambuttri es una prueba de ello: puestos de comida, masajes, tiendas de ropa, tatuajes, artesanía, restaurantes, pubs y vendedores ambulantes. Por ella circulan masas de turistas y tailandeses que sonríen, caminan, comen algo al pasar y brindan con cerveza. Es una hermosa locura de ritmo acelerado en un clima húmedo y caluroso, donde el aire se impregna de los vapores que ascienden desde ollas y sartenes al fuego.